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Podemos entender la rehabilitación energética de un edificio como el conjunto de acciones que llevamos a cabo en el mismo para optimizar su funcionamiento energético, manteniendo, o incluso mejorando, un adecuado confort de habitabilidad.

Antes de enumerar las soluciones más habituales para llevarla a cabo, creo conveniente recordar las condiciones básicas del confort habitacional y los objetivos del funcionamiento energético necesario para alcanzarlo.

• El confort de la habitabilidad interior de un edificio está basado en tres condicionantes principales:

o Temperatura interior,

o Iluminación dentro de los espacios, y

o Ventilación para una renovación adecuada del aire.

Para los tres condicionantes, existe un gran número de manuales y recomendaciones, en función de uso de los locales, de la zona climática y geográfica, de las costumbres, etc., que no son objeto de nuestro breve análisis.

• En cuanto al funcionamiento energético, creo que podemos plantear nuestros objetivos en:

o Rentabilidad energética del edificio, que suele estar basada en:

o Mínimo consumo de combustibles sólidos

o Máximo uso de energías renovables.

En base a estos condicionantes y objetivos, veamos cuáles pueden ser las soluciones más adecuadas y habituales para la mencionada rehabilitación energética. Las agrupamos en dos grandes apartados:

• Diseño adecuado para el confort, y
• Uso de energías renovables

A. Diseño adecuado para el confort

El objetivo de confort es tan antiguo como la propia edificación, que ha buscado siempre obtener un espacio habitable, protegido de las inclemencias exteriores y con unas condiciones ambientales adecuadas en su interior. Para ello, los constructores de todas las épocas y condiciones climáticas han buscado un diseño arquitectónico que tuviera en cuenta la meteorología local, especialmente en las épocas históricas previas a la electricidad, a las máquinas y al uso generalizado de combustibles.

Estos diseños adaptados a la naturaleza, se han ido perdido, en parte, a partir de mediados del siglo XX, debido a la aparición de las instalaciones de confort y a lo que podríamos llamar las modas arquitectónicas.

No obstante, sobre todo en el último tercio del mismo siglo XX, ha surgido la llamada Arquitectura bioclimática, que además de recuperar estos diseños adaptados, ha introducido nuevas soluciones basadas en un diseño adecuado de la envolvente de los edificios.

Considero útil recordar algunas de las soluciones que también se suelen utilizar en los procesos de rehabilitación energética:

A.1. Reducción de la insolación en climas soleados, que reducen la temperatura superficial exterior de las envolventes y, por tanto, la trasmisión de calor al interior de los locales.

Se puede obtener mediante:

o Patios interiores, con posibles fuentes de agua y vegetación

o Toldos, tanto individuales de terrazas y ventanas, como generales de patios

o Celosías, que además pueden proteger de vistas

o Fachadas ventiladas, o dobles fachadas

o Fachadas vegetales, con diversas soluciones

o Acabados reflectantes, con colores y pigmentos adecuados

o Vidrios especiales, tintados, reflectantes, etc

o Cubiertas ventiladas, también con cámara de aire ventilada intermedia

o Cubiertas vegetales, con diferentes tipos de vegetación

A.2. Aumento del aislamiento en todo tipo de climas, que aumenta la resistencia térmica de los cerramientos y reducen, por tanto, la necesidad de consumo de energía para alcanzar la temperatura interior adecuada. En este sentido, cabe recordar que el CTE ha ido aumentando la resistencia térmica en los edificios de nueva planta. Las soluciones más habituales son:

o SATE, con nuevo aislamiento exterior que, además, elimina los puentes térmicos debidos a los elementos estructurales que soportan la envolvente; en algunos casos se pueden utilizar aislamientos reflexivos, vigilando la salida del vapor de agua

o Rotura de puente térmico en carpinterías de ventana

o Inyección de aislamiento en cámara de aire antigua, que exige analizar el gradiente higrotérmico para evitar condensaciones intersticiales; se usa poco

o Aislamiento interior, complementado con barrera de vapor; se pueden utilizar también aislamientos reflexivos

o Cubierta invertida, con un aislamiento exterior adecuado y convenientemente protegido

A.3. Ventilación permanente con el objeto de facilitar la renovación del aire caliente y “viciado” que se acumula en las partes altas de los locales, afectando poco al confort de los usuarios. Se puede resolver mediante:

o Montantes en las partes altas de las ventanas, cuando tenemos altura suficiente en el local; ha sido la solución tradicional en las edificaciones hasta mediados del siglo XX

o Carpintería oscilo-batiente, que trata de imitar la función de los montantes

o Rejillas practicables, en las propias carpinterías o en los paños ciegos

B. Uso de energías renovables

Supone una parte importante para asegurar la eficiencia energética del edificio y, sobre todo, de su sostenibilidad. Las más comunes en los edificios se pueden resumir en:

B.1. Aprovechamiento de la energía eólica, sobre todo en zonas de costa y de montaña.

o Aerogeneradores individuales, procurando no alterar el perfil geográfico

o Captadores de aire para ventilación

B.2. Aprovechamiento de la energía solar, incluso en zonas urbanas

o Placas solares para calentar agua sanitaria

o Placas fotovoltaicas para generar electricidad

B.3. Aprovechamiento de la geotermia

o Pozos de agua para refrigeración

o Conductos subterráneos para conseguir aire fresco

En definitiva, en ambos casos se trata de decisiones de diseño que, aprovechando la propia climatología y la disposición de diversos elementos, nos facilitan alcanzar el adecuado confort con el mínimo consumo de energías no renovables. Todo ello hace el edificio más sostenible.

Juan Monjo Carrió.

Dr. Arquitecto, Profesor Emérito en la Escuela T. S. de Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid. Premio al mejor libro de texto de la Fundación General de la UPM (Universidad Politécnica de Madrid – 1995).