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Sistemas y materiales sostenibles en los acabados interiores de los edificios

Siguiendo con nuestro análisis sobre la sostenibilidad de los sistemas y materiales constructivos, veamos ahora los que se utilizan en los acabados interiores. Para ello, y como siempre, veamos unas pinceladas sobre las condiciones básicas de sostenibilidad de los sistemas más comunes, con un breve comentario sobre la de los propios sistemas constructivos, y unos datos sobre la de los materiales.

Quiero recordar que un sistema es “sostenible” si:

 – La producción de los materiales constitutivos emplea el mínimo de recursos y no agrede al medio ambiente.

– Su mantenimiento es relativamente fácil, con el mínimo de recursos, y sin causar grave daño al medio ambiente, y se aseguran sus tres características básicas: su estabilidad-integridad, su funcionalidad-habitabilidad y su aspecto y composición visuales.

Los acabados interiores resultan la parte más visible del edificio durante su uso, así como los más próximos desde el punto de vista organoléptico, puesto que se ven de cerca, descubriendo su textura visual, se tocan, percibiendo su textura sensible e, incluso, se huelen. Además de ello, tienen que cumplir también con una serie de requerimientos:

De integridad; resistencia, sobre todo, a golpes y rozamientos, además de a posibles agentes químicos.

Funcionales; de confort acústico (absorción, reverberación…) y confort visual (luminosidad, reflejos…).

De aspecto; colores y texturas adecuadas a cada uso.

Desde el punto de vista de la sostenibilidad, debemos considerar los tres tipos habituales: suelos, con clara incidencia en la durabilidad y el uso; paredes, más importantes para el aspecto y la función; y techos, condicionantes también en la funcionalidad y el aspecto de los locales.

Veamos ahora los primeros y dejemos los otros para un próximo texto.

• Los suelos, tienen que asegurar el tránsito y la durabilidad, lo que implica ausencia de resbaladicidad, resistencia mecánica y química, y facilidad de mantenimiento o de reposición. Veamos los tres grandes tipos habituales: continuos, de baldosas y de madera

o En los continuos, distinguimos dos grupos según los materiales:

§ Morteros, con diferentes composiciones, con mayor utilidad industrial.

Material relativamente agresivo al medio ambiente, económico, fácil de colocar y parcialmente reciclable para árido

Integridad relativa: fisuras, erosión y débil resistencia a productos químicos

Mantenimiento sencillo, aunque dificultad de reposición

Sostenibilidad de grado alto en industria, y de grado medio-bajo en residencial y terciario

§ Láminas, con gran diversidad de usos, especialmente terciario.

Material agresivo al medio ambiente, fácil de colocar y muy reciclable

Integridad relativa con erosión asegurada

Mantenimiento sencillo, con facilidad de reposición

Sostenibilidad de grado medio en residencial y terciario

o Los de baldosas los podemos agrupar en tres tipos, según el material

§ Los de piedra, los más antiguos, con gran variabilidad según el tipo de piedra.

Material poco agresivo al medio ambiente (aunque sin reposición), relativamente caro, fácil de colocar (aunque se cometen muchos errores) y reciclable para árido.

Integridad relativa: erosión y fisuras según el tipo de piedra y el espesor de la baldosa, y débil resistencia a productos químicos

Mantenimiento sencillo, con fácil recuperación de la textura superficial por pulido y fácil reposición; atención a la resbaladicidad

Sostenibilidad de grado alto en residencial y terciario

§ Los cerámicos bastante antiguos y con alta diversidad, desde el barro cocido al gres, pasando por pastas vidriadas.

Material relativamente agresivo al medio ambiente y sin reposición, fácil de colocar (aunque se cometen muchos errores) y reciclable para árido.

Integridad relativa: erosión y fisuras según el tipo de cerámica y el espesor de la baldosa, y buena resistencia química

Mantenimiento sencillo, en cuanto a limpieza, y diverso en recuperación de la textura superficial: fácil en gres compacto, pero muy difícil en cerámica vidriada; fácil reposición si existen baldosas iguales; atención a la resbaladicidad

Sostenibilidad de grado medio-alto en residencial y terciario

§ Los de cemento, más modernos (principios del S XX) con diversas opciones: de mortero (exteriores y locales de servicio), terrazo y baldosa hidráulica.

Material relativamente agresivo al medio ambiente, económico, fácil de colocar (aunque se cometen errores) y reciclable para árido

Integridad relativa: erosión y fisuras según el tamaño y espesor de la baldosa, y débil resistencia a productos químicos

Mantenimiento sencillo, con fácil limpieza y recuperación de la textura superficial por pulido en los terrazos y difícil en baldosas de mortero e hidráulicas, y fácil reposición en general si existen baldosas del mismo tipo; atención a la resbaladicidad en terrazos

Sostenibilidad de grado medio en residencial y terciario

o Los de madera son también muy antiguos y han ido evolucionando, adaptándose a las necesidades actuales y a la eficiencia de las técnicas de producción. Según el tipo de material podemos diferenciar dos variantes:

§ Madera natural cortada en tablones, con diferentes secciones, con espesores mínimos de 20 mm y con distintos tratamientos para asegurar su durabilidad, especialmente la protección superficial posterior para mejorar su dureza. Se puede colocar clavado sobre rastreles o pegado. Se usa, principalmente, en edificación residencial. Son los tradicionales entablonados y tarimas.

Material respetuoso con el medio ambiente, fácil de reponer con una gestión adecuada de los bosques, relativamente económico, fácil de colocar (aunque se cometen errores) y totalmente reciclable

Integridad relativa: erosión superficial y débil resistencia a productos químicos

Mantenimiento sencillo, con fácil limpieza y recuperación de la textura superficial por acuchillado; reposición relativamente fácil

Sostenibilidad de grado alto en edificación residencial

§ Tableros compuestos, con una base de aglomerado de madera y un chapado superficial de 4 mm de espesor con protección superficial endurecedora ya incorporada. Se coloca como tarima flotante sobre mantas absorbentes acústicas.

Material respetuoso con el medio ambiente, fácil de reponer con una gestión adecuada de los bosques y con una parte (tablero base) obtenido por reciclado, relativamente económico, fácil de colocar y totalmente reciclable

Integridad relativa: erosión superficial y relativa resistencia a productos químicos en función de los productos incorporados

Mantenimiento sencillo, con fácil limpieza aunque difícil recuperación de la textura superficial por acuchillado debido al pobre espesor de la capa de huella; reposición relativamente fácil

Sostenibilidad de grado medio-alto en uso residencial y terciario.

Juan Monjo Carrió.

Dr. Arquitecto, Profesor Emérito en la Escuela T. S. de Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid. Premio al mejor libro de texto de la Fundación General de la UPM (Universidad Politécnica de Madrid – 1995).

Jorge López

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