En el texto anterior he iniciado el análisis de la rehabilitación de los acabados interiores con el estudio de los pavimentos. Ahora trataré de completar este análisis con las paredes y los techos que, aunque menos
conflictivos que aquellos, también requieren atención continuada.
Para ello, al igual que en los pavimentos, debemos asegurar su correcta funcionalidad, con un buen comportamiento ante todo tipo de acciones debidas al uso de los espacios que encierran y al paso del tiempo,
manteniendo su integridad físico-química y su composición y textura, puesto que resultan una parte importante para el confort y la decoración de los espacios habitables. Y todo ello de acuerdo con la normativa vigente.
Existen algunas publicaciones que analizan estos acabados interiores, su diagnóstico y su reparación y rehabilitación, además del documento básico DB-SUA del CTE, donde se especifican algunas exigencias funcionales de seguridad de uso. Aquí llevaré a cabo un recordatorio de los síntomas de procesos patológicos que pueden sufrir, y de las acciones de reparación y rehabilitación más corrientes para las paredes y los techos interiores.
TIPOLOGÍA
Conviene recordar los tipos de paredes y techos más habituales para diferenciar claramente las lesiones y las técnicas de mantenimiento y reparación:
A. Acabados de paredes
B. Acabados de techos
– Continuos, de paneles de escayola reforzados con fibras y colgados, más antiguos, o de paneles de yeso laminado sujetos a una estructura auxiliar de perfiles ligeros.
– De placas, con estructura de cuelgue vista u oculta, lineal o puntual.
Metálicas, bandejas lisas o perforadas y paneles sándwich
De fibras, aglomerados de fibras minerales o vegetales
De escayola, lisa o microperforada
SINTOMAS
Veamos los más corrientes por tipos de lesiones en ambos acabados.
2. Lesiones de carácter mecánico
3. Lesiones de carácter químico
Eflorescencias; en cielo-rasos, debidas a humedades previas y a sales solubles en bovedillas o morteros.
o Oxidación y corrosión; de las armaduras del forjado en cielos rasos, o de la estructura soporte en falsos techos.
o Organismos; presencia o ataque de:
– Hongos de pudrición e insectos xilófagos, en elementos de madera.
– Mohos, en acabados porosos por humedades previas, especialmente de condensación.
ACCIONES
Una vez alcanzado el diagnóstico a partir de estos síntomas y con una toma de datos técnicos de cada lesión, definimos las acciones de reparación y rehabilitación necesarias, en función de los procesos patológicos identificados. Veamos:
Procesos patológicos físicos
a. Humedades.
o De capilaridad en paredes: Rehacer el pavimento con encachado e impermeabilización bajo solera, o forjado sanitario con cámara ventilada.
o De micro-capilaridad en paredes: Colocar rodapìé y sellar su encuentro con el pavimento.
o De filtración en paredes y techos: Asegurar la impermeabilidad de las fachadas y cubiertas.
o De condensación en paredes y techos: Aislamiento por el exterior del forjado o de la cubierta, con posible sistema SATE, asegurando eliminación de puentes térmicos.
o Accidentales en paredes y techos: Reparación o sustitución de los conductos rotos o posible recolocación de los mismos sin empotrar.
En todos los casos, si es necesario, reposición de los elementos de acabado afectados.
Procesos patológicos mecánicos
b. Deformaciones.
o Por pandeo del tabique soporte en paredes: Independizar el tabique del forjado superior.
o Con alabeo de paneles en paredes o techos; Sustitución de los paneles o tablas alabeados y corrección del sistema de cuelgue en techos.
c. Fisuras.
o Por deformación del soporte en paredes y techos: Anulación de la deformación, si es posible, y refacción
o sustitución del acabado.
o Por retracción hidráulica o higrotérmica en paredes o techos: Apertura de juntas de dilatación-retracción modulares, especialmente perimetrales en techos continuos.
o Por fallo del sistema de cuelgue en techos: Corrección o sustitución del sistema de cuelgue.
d. Desprendimientos.
o Por deformaciones o fisuras previas en paredes o techos: Anulación de lesiones previas y reposición
del acabado.
o Por defecto del sistema de sujeción en paredes o techos: Demolición o levantado del acabado y nueva ejecución.
e. Erosión mecánica.
o Por impactos y rozamiento en partes bajas de paredes: Refacción del acabado y protección específica (zócalo, bolardos, cantoneras, etc.).
Procesos patológicos químicos.
f. Eflorescencias
o En acabados continuos de paredes o cielos rasos: Resolver la humedad causante y refacción del acabado.
g. Oxidación y corrosión
o De la estructura soporte en paredes o techos: Sustitución de la estructura soporte por otra inoxidable o limpieza y protección antioxidante de la existente.
h. Organismos:
o Hongos de pudrición y xilófagos en paredes o techos: Resolver humedad, reposición de elementos afectados y aplicación de productos anti-xilófagos.
o Mohos en paredes o techos: Resolver humedad, especialmente la de condensación; limpieza periódica (cada 6 meses); aplicación de productos fungicidas; refacción de acabado con elementos impermeables.
i. Erosión química.
o En paredes y techos: Saneado y reintegración de acabado con elementos resistentes a los productos químicos locales; protección superficial con pinturas resistentes a estos productos químicos.
Juan Monjo Carrió.
Dr. Arquitecto, Profesor Emérito en la Escuela T. S. de Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid. Premio al mejor libro de texto de la Fundación General de la UPM (Universidad Politécnica de Madrid – 1995).
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