Cada día que pasa es más común cruzarse con vehículos eléctricos en cualquier desplazamiento que hacemos dentro de las ciudades españolas: coches particulares, taxis, motocicletas, etc. Podríamos pensar que, afortunadamente para nuestro planeta, la realidad de los vehículos eléctricos ya ha llegado. Que simplemente se trata de cierta voluntad política y de los ciudadanos para que el futuro se implante en nuestro día a día.
Pero, ¿hasta qué punto es esto verdad? ¿Cuál es el estado del arte de este tipo de tecnología? ¿Están las ciudades preparadas para sustituir toda la flota de vehículos de combustibles fósiles por vehículos eléctricos? ¿Lo está el sistema eléctrico? ¿Estamos nosotros preparados para este cambio?
Vayamos por partes:
1. Estado del arte de los vehículos eléctricos y capacidades
Si bien la tecnología básica de este tipo de vehículos nos acompaña desde hace muchos años y siempre han ofrecido rendimientos entre 3 y 4 veces superiores a los motores de combustión, sí que en los últimos años han evolucionado dos aspectos vitales para posibilitar su éxito: la capacidad de las baterías y la gestión de la energía almacenada.
Estas (r)evoluciones han permitido que, para un coche eléctrico normal, dispongamos de una autonomía de unos 120km – 170 km (dejemos de lado a los Tesla) y para una motocicleta, de unos 50km – 75 km.
Pensemos un segundo en nuestro día a día: ¿Es ésta autonomía suficiente para nuestro desplazamiento diario típico? Estoy bastante convencido que en un 95% de los casos la respuesta será que sí.
Así pues, parece que los vehículos que se comercializan actualmente ya cumplirían a la perfección con nuestras necesidades diarias normales.
2. ¿Están las ciudades preparadas para la revolución eléctrica?
Desde un punto de vista práctico, si hoy me comprara un vehículo eléctrico, seguramente no tendría demasiados problemas para encontrar disponibilidad en zonas de carga públicas sobre todo debido a que hay pocos vehículos de este tipo. Es más, seguramente no tendría demasiados problemas en encontrar puntos de carga totalmente gratuitos.
Eso sí, si el volumen de vehículos empieza a aumentar, rápidamente empezaremos a tener un problema: pocos puntos de carga combinados con un problema más grave, tiempos de carga muy elevados.
Digamos que se trata de un aspecto que, con un poco de voluntad, seguro que se puede solucionar pero que ya representa un cambio radical en el funcionamiento actual de nuestras ciudades.
3. ¿Está el sistema eléctrico preparado para esta revolución?
El sistema de generación y distribución eléctrica en España está dimensionado para las necesidades actuales y, por tanto, es 100% seguro que si todos los vehículos se convirtieran en eléctricos de un día para otro no tendríamos suficientes kWh para alimentar a todos estos puntos de consumo.
Esta afirmación es cierta, siempre y cuando pensemos en un sistema de distribución tradicional como el actual en el que hay determinados puntos de generación eléctrica controlados (parques eólicos, centrales térmicas, nucleares, hidráulicas, etc.), una red de distribución también muy controlada y al final de la cadena unos consumidores de energíarepartidos.
Pensemos en una posible situación futura: además del sistema tradicional que citaba antes, tendremos vehículos estacionados en las ciudades conectados a las redes eléctricas que pueden consumir electricidad o que, como están conectados, también pueden compartir electricidad.
Si nos planteamos un futuro con un sistema inteligente de las redes eléctricas en el que los vehículos pudieran no sólo consumir electricidad sino también compartir su electricidad, la respuesta a la pregunta de si el sistema eléctrico está preparado para esta revolución cambia.
Todos habréis oído hablar de las Smart Cities …pues este es uno de los temas estrellas: la gestión de puntos consumidores / generadores de electricidad. La combinación de tecnologías de la información con el sistema de gestión eléctrico debería permitirlo, pero no es nada trivial.
4. ¿Estamos preparados para este cambio hoy?
Poder conducir un vehículo que no hace ruido, que no genera emisiones, que tiene un rendimiento mucho mejor…vaya, ¡si todo son ventajas! Pero claro, tenemos que ser conscientes de que la autonomía sigue siendo el caballo de batalla y que tener un vehículo eléctrico conlleva, a día de hoy, unas limitaciones en los Kms diarios que podemos hacer.
Creo que, como decía antes, para el 95% de los días del año todos seríamos muy felices con un vehículo de este tipo pero empezaríamos a tener problemas para esas escapadas de fin de semana, para las vacaciones, etc.
Estoy convencido que, en los próximos años, se dará un salto muy importante en estos aspectos y podremos plantearnos muy seriamente comprar un vehículo de este tipo…al fin y al cabo, ¿son todo ventajas no?
Independientemente de la evolución tecnológica, me encantaría ver una clara voluntad política para el desarrollo de los vehículos eléctricos: ¿os imagináis una plataforma de vehículos eléctricos compartidos, repartidos por toda la ciudad, para poder utilizarlos cuando los necesitemos? Estoy convencido que esto permitiría a las ciudades hacer pruebas y adaptarse, poco a poco, a la (r)evolución tecnológica que tarde o temprano, llegará.
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