Edificios de energía cero
16 junio, 2018
Un edificio de energía cero, o como lo llaman los americanos, a Zero Net Energy Building (ZNEB), es un edificio con un alto nivel de eficiencia energética, en el cual se compensan los consumos energéticos con la producción generada in situ.
Este tipo de edificios forman parte de la hoja de ruta de lo que se denomina La Tercera Revolución Industrial (concepto ideado por Jeremy Rifkin) en el que se defiende que la conjunción de las tecnologías de la información con los nuevos modos de generación de energía (sostenible) permitirán una Revolución Industrial como las precedentes, con un gran impacto en la sociedad en todos los ámbitos.
Pero volvamos al tema que nos ocupa. De toda la energía que se consume en Europa, aproximadamente el 40% se debe al sector doméstico/residencial. Sin ser demasiados conscientes, nuestras viviendas tienen una culpa muy importante en las emisiones contaminantes y en el consumo de recursos.
¿Y cómo se puede revertir esta situación? Pues evidentemente, guiando al sector doméstico/residencial hacia una serie de buenas prácticas para procurar que los edificios posean una alta eficiencia energética y se acerquen lo máximo posible a los edificios de energía cero.
Desgranemos, una a una, las necesidades:
A. GENERACIÓN DE ENERGÍA
La generación de energía aplicada al sector doméstico se puede atacar mediante las siguientes tecnologías:
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- Energía eléctrica: energía solar fotovoltaica, energía mini-eólica.
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- Energía térmica: energía solar térmica, geotermia, biomasa.
Todas las tecnologías nombradas son tecnologías contrastadas, con un recorrido ya suficientemente largo como para no dudar de su fiabilidad.
¿Y cuáles son las problemáticas, os preguntaréis? Bien, por una parte, acostumbran a requerir de inversiones importantes. Por ejemplo, algunas requieren de bastante superficie libre (sobre todo la energía solar) y otras requieren de perforaciones a más de 20m bajo tierra.
Para cumplir con los objetivos de un edificio de energía cero, lo más importante es tener un diseño inicial que persiga este ambicioso objetivo porque adaptar el parque inmobiliario a estas tecnologías puede ser complejo.
B. REDUCCIÓN DEL CONSUMO DE ENERGÍA
Los consumos más importantes en el hogar son la calefacción y la generación de agua caliente, esto lo tenemos claro, pero para atacar un proyecto tan ambicioso como este, debemos ser conscientes de que cualquier ahorro es importante.
Las actuaciones más importantes a tener en cuenta son:
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- Diseño vivienda / edificio: (energía solar pasiva, fachadas ventiladas, etc.) Cómo, mediante el diseño, se puede minimizar las demandas de energía del edificio.
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- Aislamientos (elementos constructivos y carpinterías)
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- Eliminación de consumos innecesarios (sobre todo consumos stand-by)
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- Sistemas eficientes de iluminación
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- Control domótico de gestión del edificio
¿Inconvenientes? Bueno, como siempre, hay el factor económico -ninguna de estas acciones es barata- y, alineándonos con el anterior apartado, es vital que el edificio se diseñe con un criterio de sostenibilidad desde el primer instante.
C. INTERACCIÓN CON REDES ELÉCTRICAS
Otra de las piedras angulares para acercarnos a la realidad de este tipo de edificios con alta eficiencia energética consiste en la relación existente entre los edificios y la red de distribución eléctrica.
La clave consiste en poder utilizar la red de distribución como batería o pulmón, vertiendo en ella la electricidad sobrante y adquiriendo de ella aquella que no seamos capaces de producir. La red también debería indicarnos si debemos limitar la generación para evitar saturar las líneas.
De este modo, cuando no tuviéramos demanda de electricidad y estuviéramos generando excedentes, nuestro contador eléctrico nos restaría kWh y, en caso contrario, importaríamos kWh para poder satisfacer nuestras necesidades.
Esto no es simple y requiere de la implantación de sistemas complejos… pero lo más importante es que los países tengan voluntad de fomentar estas iniciativas. Desgraciadamente, todavía existen muchas barreras para siquiera acercarnos a este planteamiento.
Como hemos podido ver, en la actualidad disponemos de todas las piezas del rompecabezas para que puedan existir edificios de energía cero… desde luego, hay mucho camino por recorrer pero si hay voluntad y ayudas para evolucionar, seguro que poco a poco el número de edificios de alta eficiencia energética crecerá.