Los humanos hemos sobrepasado los límites físicos de la Tierra y la capacidad de carga de la mayor parte de sus ecosistemas, lo que ha generado grandes impactos a nivel ambiental, económico y social. Esto nos ha hecho ver que el modelo de desarrollo actual es claramente insostenible y es por ello que nos hallamos inmersos en un cambio de paradigma que todavía se está definiendo.

En consecuencia, como sociedad nos vemos obligados a plantearnos soluciones que permitan un desarrollo más sostenible, y en este sentido han aparecido conceptos como el de economía circular o el de residuo cero, que, a pesar de tener distintos orígenes, confluyen en cuanto a que es el momento de tomar decisiones, definir hitos, medidas, actuaciones y comportamientos para avanzar hacia el mismo objetivo.

Con ello se plantea una alternativa al actual modelo lineal de consumo mediante la extracción de materias primas, básicamente de la litosfera, para luego, una vez terminada su vida útil, acumularlos en forma de residuos en la biosfera. Ello es especialmente importante en el sector de la construcción, donde se consume el 50% del total de los recursos naturales y se genera el 35% del total de los residuos.

Para mejorar esta situación están apareciendo diferentes iniciativas como el “banco de materiales”, que fija su mirada en los edificios existentes como la mejor cantera donde obtener su materia prima para fabricar los nuevos productos. Esta idea se dio a conocer en 2012, mediante un documento de Maayke Damen, llamado “un pasaporte para una economía circular[ÁGdM1] ”. Unos años más tarde, (2015) se le dio forma, mediante un proyecto europeo Horizonte 2020, conocido por el acrónimo BAMB [ÁGdM2] (Building as Material Banks) y que en su traducción seria “Edificios como banco de materiales”. Su propósito es dar valor a los productos y materiales presentes en los edificios, cambiando el paradigma actual de generar residuos. En España, el 54% de los materiales de demolición son llevados al vertedero, frente al 6% que se llega a alcanzar en ciertos países europeos. Tan solo las tierras, el hormigón y en menor medida la cerámica es aprovechada en nuestro país.

Para conseguir este propósito, el BAMB plantea dos marcos complementarios y de valor agregado como son: la creación de un banco de materiales de un edificio y el diseño de edificios desmontables o reversibles.

Este banco de materiales es una base de datos de todos los materiales que forman el edificio, donde se describe sus características técnicas para poder decidir su reutilización, reciclado o valorización. Con ello se genera un pasaporte de materiales que persigue que los productos y materiales puedan viajar como lo hacen las personas con su pasaporte personal.  

Este banco de materiales o base de datos puede desplegarse o descomponerse en diferentes niveles como son a nivel de sistema (cubierta, escalera, etc..), de producto (puerta, ventana, etc..), de componente (jácena, viga, etc..), o de material (madera, cerámica, etc…). Su aplicación en edificios de nueva construcción puede ser directa, utilizando la misma metodología que se utiliza para confeccionar un estado de mediciones de las partidas de obra, al cual el BIM (Building Information Modeling) ha de acabar impulsando. En el caso de los edificios existentes se requerirá de un trabajo adicional como el que conlleva la auditoria de residuos que también ha desarrollado la Unión Europea en su protocolo de gestión de residuos de construcción y residuos. Para ello, la Comisión Europea ha publicado, en el mes de mayo del 2018, unas directrices que proporciona las orientaciones que permiten llevar a cabo una correcta evaluación de los flujos de residuos de estas auditorías.

Con todo ello veremos cómo en los próximos años va avanzando esta iniciativa, abriéndose una ventana inmensa de oportunidades profesionales y de modelos de negocio, donde el mercado de la segunda mano gana presencia y valor, siendo ésta una gran oportunidad para generar riqueza y puestos de trabajo, cuando vemos que otras se van cerrando de forma dramática y donde la situación provocada por la COVID 19 no lo está acelerando de forma vertiginosa.