Aislar una vivienda es una decisión inteligente que además se va a transformar en ahorro de consumo energético y la inversión se amortizará en pocos años. Un dato importante a tener en cuenta es que la mayoría de edificios anteriores a 1980 no cuentan con ningún tipo de aislamiento térmico. Si ya tenéis en mente aislar la vivienda os recomendamos contactar con Sensedi para asesoraros sobre cuál es la mejor opción para tu caso particular antes de empezar cualquier rehabilitación u obra.

Por ejemplo, si se va a construir una vivienda desde cero sólo tenemos que avisar al arquitecto responsable de la obra para que lo tenga en cuenta en el proyecto y así la nueva vivienda tenga una alta eficiencia energética.

Si por el contrario, se trata de pisos o viviendas con cierta antigüedad y se quiere consumir menos energía en climatización (frío o calor), se mejorará el aislamiento térmico y se renovarán las ventanas.

Destacar que las ventanas son un elemento clave en la vivienda. Por un lado, llenan de luz los espacios y por el otro, deben proteger la vivienda de las inclemencias del tiempo. Por este motivo se debe prestar especial atención a la hora de cambiar las ventanas. Estos son los 3 materiales que se pueden elegir:

• PVC– es el más usado, el más económico y buen conductor de la temperatura- aísla bien.
• Aluminio – es más resistente que el PVC y soporta vidrios más grandes y pesados.
• Madera – es la opción más cara pero también es muy buen aislante por naturaleza, aunque requiere de mantenimiento.

Para mejorar el aislamiento térmico, la tendencia de los pisos y viviendas en España es el cambio de los sistemas de climatización centralizados, como la calefacción central, a los sistemas individualizados (caldera de calefacción en la vivienda de cada vecino), y muchos son los que en este momento se dan cuenta que su vivienda está mal aislada.

Existen distintos tipos de aislamiento para la vivienda:

• Inyectado en cámaras: es el sistema más rápido y cómodo, consiste en la realización de unos agujeros en la fachada (cara interior o exterior) a través de los cuales se inyecta con un tubo el aislamiento térmico. Será necesario comprobar que no hayan quedado zonas sin cubrir con el aislamiento y no hayan puentes térmicos y se realizaran fotografías termográficas para cerciorarse.
• Interior, trasdosados: si se va a realizar una reforma integral de la vivienda, esta es la mejor opción. La colocación se hace a través de paneles aislantes (paneles de celulosa, corcho, lana de roca, etc.) adosados a la fachada. Se recubren por una capa de pladur o ladrillo para que no se vean.
• Sistema de Aislamiento Térmico Exterior (SATE): si el aislamiento térmico es un problema de todo el edificio o vivienda, esta es la mejor opción que se puede aplicar. En este caso se realiza por el exterior del edificio afectando a la imagen estética por lo que se deberá consultar si la imagen de la fachada se puede alterar. La principal ventaja es que durante la colocación no afecta al interior de la vivienda y elimina, en gran medida, los puentes térmicos. Y consiste en la colocación de paneles aislantes en toda la parte exterior de fachada de la vivienda y se pueden cubrir con distintos acabados.

Como ya se ha mencionado anteriormente, antes de hacer cualquier obra o rehabilitación se debe consultar con un arquitecto para ver cuál es la opción más completa y recomendable para la vivienda, en Sensedi te damos nuestra visión profesional para que tu vivienda esté bien aislada y consumáis la mínima energía en climatización. Existen otras opciones:

• Aislar techos y suelos: en el caso que se realicen terrazas o lavaderos en espacios donde no los habían, será necesario cubrir esas zonas ya que, en su origen, no llevan aislante térmico.
• Trasdosados directos: consiste en enganchar en la cara interior de la vivienda un panel aislante que al mismo tiempo sea un acabado o base para pintar, etc. Los más recomendables son los paneles de corcho o fibras de madera (paneles OSB).